Brasil: Temer anuncia duras medidas de recorte de gasto público

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El nuevo Gobierno del presidente Michel Temer, de centro derecha, no ha tardado ni un día en advertir a los brasileños que es necesario un ajuste fiscal, que probablemente habrá que subir los impuestos, que hay que recortar gastos y adelgazar el volumen del Estado para equilibrar las cuentas públicas. El ministro de Economía, Henrique Meirelles, anunció “medidas duras”. El ministro de la Casa Civil (una suerte de primer ministro), Eliseu Padilha, uno de los hombres de confianza del nuevo presidente, elevó un grado la alarma: “Habrá medidas de emergencia. Si no se toman, corren riesgo los salarios de los funcionarios a finales de año”.

El jueves fue un día convulso y atropellado en Brasilia: Dilma Rousseff abandonaba forzada el poder por la mañana y los nuevos 23 ministros de Temer tomaban posesión de sus cargos por la tarde. El viernes fue una jornada más tranquila, pero no mucho menos importante: tras el primer consejo de ministros del nuevo gabinete, los miembros más relevantes del Ejecutivo desfilaron ante la prensa para dar cuenta de sus prioridades, que no son otras que las económicas.

El primero en aparecer -lo que no deja de ser sintomático- fue el ministro de Economía, el alabado por todos Meirelles, mimado por los mercados pero también presidente del Banco Central de Brasil en la era Lula. El nuevo timonel de la maltrecha economía brasileña (hay proyecciones que auguran un sombrío retroceso del 4% del PIB para este año) aseguró, terminante, que hay que cambiar “de rumbo” para salir de la crisis. Insistió mucho en que aún carece de datos, que aún es pronto para hacer predicciones con un poco de seriedad, pero añadió que es imprescindible una reforma de las pensiones: “Más allá de lo que uno quiera cobrar en su jubilación, lo que quiere saber seguro es que el sistema va a seguir funcionando”. También anticipó una más que probable subida de impuestos: “Los brasileños pagan muchos impuestos. Y nuestra intención es bajarlos, sobre todo para que el país vuelva a crecer, pero nuestra absoluta prioridad es el equilibrio fiscal. Y si para ello es necesario subir los impuestos, lo haremos”.

Con respecto a los programas sociales bandera de los gobiernos de Lula y Dilma Rousseff (subvenciones a familias pobres con niños en edad escolar, subvenciones para alcanzar una vivienda propia…) Meirelles insistió, como había asegurado el presiente Temer un día antes, que no se eliminarán, que seguirán existiendo. Pero matizó: “Eso no excluye que no se examinen para ver si existe mal uso de dinero público”. A la pregunta de si teme que a la implantación de recortes le siga una ola de protesta social respondió: “Creo que la sociedad brasileña es lo suficientemente Madura para decirle la verdad, actuar en consecuencia y hacer lo que sea necesario”.

Terminó Meireles y salieron a la palestra mediática el ministro de Salud, el de Planeamiento y el de la Casa Civil. Éste, Eliseu Padilha, anunció que la intención del Gobierno es recortar 4.000 puestos de contratados en la función pública. Y añadió que el momento es alarmante, que Brasil atraviesa “la peor crisis económica de su historia”.

 

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