Por qué EE.UU. ha evitado sancionar al sector petrolero de Venezuela

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Foto: Getty Images

Estados Unidos usó palabras duras para sancionar esta semana al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, tachándolo de “dictador”. Pero hasta ahora evitó lo que sería un golpe mucho más severo a su gobierno: castigar el vital sector petrolero del país.

Según diferentes reportes, la imposición de algún tipo de penalidad contra la industria venezolana de crudo fue considerada por el gobierno de Donald Trump como una posible respuesta a la elección de una Asamblea Nacional Constituyente en ese país el domingo, proceso que Washington tildó de “farsa”.

Una sanción que limite o bloquee la importación de petróleo de Venezuela podría reducir drásticamente el flujo de dinero en efectivo que recibe el gobierno de Maduro, ya que EE.UU. es el principal comprador de petróleo venezolano.

El propio Trump había advertido en un comunicado el 17 de julio, aunque sin mencionar directamente al sector petrolero, que si la Constituyente se instalaba en Venezuela Estados Unidos tomaría “acciones económicas fuertes y rápidas”.

Pero en el comunicado que emitió el lunes, Trump omitió la palabra “económicas” cuando dijo: “Prometí acciones fuertes y rápidas si el régimen avanzaba imponiendo la Asamblea Nacional Constituyente al pueblo venezolano, y cumpliré esa promesa”.

Lo que el Departamento del Tesoro anunció el mismo día fue una acción específica contra Maduro, a quien sumó a la lista de funcionarios venezolanos sancionados, congelando los bienes que tenga en EE.UU. y prohibiendo a cualquiera en este país realizar negocios con él.

Consultados por BBC Mundo sobre por qué Washington evitó sancionar al sector petrolero de Venezuela, funcionarios del Tesoro y del Departamento de Estado respondieron este martes por separado que todas las opciones están siendo consideradas.

 

Esto sugiere que el gobierno de Trump no descarta imponer en cualquier momento sanciones al sector petrolero venezolano.

Pero eso sigue sin ocurrir hasta ahora, como tampoco pasó durante los años de Barack Obama en la Casa Blanca, ni durante el gobierno anterior.

Y, según expertos, hay varios motivos para eso: desde cálculos económicos hasta riesgos políticos.

Impacto social

EE.UU. compró a Venezuela un promedio de 777.000 barriles diarios de crudo en los primeros cinco meses de este año, de acuerdo a cifras oficiales.

Esto equivale a más de US$30 millones por día, según el precio actual del barril, dinero que Caracas utiliza en parte para comprar alimentos y medicamentos que escasean en el país.

Como han advertido incluso miembros de la oposición venezolana, los efectos de un embargo petrolero al país se sentirían mucho más allá del gobierno de Maduro.

Eso tendría un impacto en la pobreza en el país y haría aparecer a Estados Unidos como responsable del desastre económico allí“, dijo Roger Noriega, que encabezó la diplomacia de EE.UU. para América Latina durante el gobierno de George W. Bush, en diálogo con BBC Mundo.

No obstante, estimó que Washington puede endurecer las sanciones a Venezuela después de que dos dirigentes opositores a Maduro, Leopoldo López y Antonio Ledezma, fueran trasladados a una prisión militar en la madrugada de este martes.

“Es más probable que miren medidas que hagan más difícil hacer negocios con (la petrolera estatal venezolana) PDVSA y ahoguen los ingresos del régimen”, indicó Noriega.

Eso no solo afectaría los envíos de barriles de Venezuela a EE.UU., sino que también impediría a PDVSA comprar petróleo ligero a este país para diluir su propio crudo de exportación.

La posibilidad de prohibir la venta de petróleo ligero de EE.UU. a Venezuela había sido considerada por el gobierno de Trump en los últimos días.

Aunque el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, insistió el lunes al anunciar las sanciones contra Maduro que seguirán revisando todas las opciones, aclaró: “Nuestro objetivo es no hacer nada que lastime al pueblo de Venezuela”.

Luego del anuncio, Maduro dijo estar “orgulloso” de las sanciones que le aplicó el gobierno de Trump, que a su entender “expresan su impotencia, su desesperación, su odio”.

El dilema

Claro que EE.UU. también tendría que pagar un precio por castigar a Venezuela donde más le duele.

Una prueba de ello fue la subida del precio del crudo el lunes, cuando alcanzó su mayor nivel en dos meses ante la perspectiva de que EE.UU. sancionara a la industria petrolera venezolana.

La posibilidad de ese tipo de penalidades por parte de EE.UU. ha existido desde que el fallecido Hugo Cávez llegó al gobierno en Venezuela en el cambio de milenio, “pero nunca fue una opción seria sobre la mesa hasta ahora”, dijo Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, un centro de análisis regional con sede en Washington.

“Algo que afecte al sector petrolero (de Venezuela) sería un golpe para el gobierno, sin duda. Pero que esto generara un proceso para cambiar el régimen y mirar a una transición no está para nada claro”, indicó Shifter a BBC Mundo.

Hasta ahora Washington ha dicho que trabaja con otros países de la región frente a la crisis venezolana, pero cualquier sanción suya al sector petrolero podría verse como un intento de mover el tablero de forma unilateral, mientras el gobierno de Maduro lo acusa de querer desestabilizarlo.

“Maduro aprovecharía la medida para movilizar su base política e imagino que muchos aliados (de Washington) no serían muy entusiastas con esa idea tampoco. Entonces crearía más distancia entre Estados Unidos y otros socios con respecto a cómo tratar el tema de Venezuela”, sostuvo Shifter.

Javier Corrales, un profesor de Ciencia Política en el Amherst College de EE.UU. y coautor del libro “Un dragón en el Trópico: el legado de Hugo Chávez en Venezuela”, advirtió que a EE.UU. le “podría salir el tiro por la culata” si aumenta demasiado la presión sobre Caracas.

Saben que castigar mucho a Venezuela, sobre todo en términos comerciales, pudiese beneficiar a China o inclusive a Rusia“, dijo a BBC Mundo Corrales, que indicó que ambos países ya tienen vínculos con el gobierno de Maduro.

Recordó además que el propio Trump hizo su campaña prometiendo ayudar al sector petrolero tradicional en EE.UU., que tendría que ajustarse ante un eventual corte del crudo venezolano.

Y aunque una sanción petrolera a Venezuela implicaría un revés duro para su gobierno en términos económicos, los expertos dudan del efecto que tendría desde el punto de vista político.

“Lo que sí sabemos los politólogos es que las crisis económicas no desestabilizan las dictaduras automáticamente, a veces inclusive las fortalecen”, dijo Corrales. “Ese es el dilema que tenemos entre EE.UU. y Venezuela”.