La química británica cuyo trabajo fue fundamental para la comprensión de las estructuras moleculares del ADN, el ARN, los virus, el carbón y el grafito no recibió el Nobel por su prematuro fallecimiento a la edad de 37 años. Ahora, la revista Nature, conmemorando el 70º aniversario de la doble hélice, publicó un artículo que reivindica su contribución.
Rosalind Franklin representó una pieza clave en la investigación sobre la estructura del ácido desoxirribonucleico (ADN). Sus investigaciones han servido a muchos científicos para conocer el riesgo de padecer enfermedades que se encuentran en nuestros genes. Un gen es la unidad física y funcional básica de la herencia y estos están formados por ADN.
Todo este conocimiento no hubiera sido posible sin Rosalind Franklin. En 1953, cuatro personas fijaron todo su interés en la misteriosa imagen fotográfica denominada “Foto 51” y posterior a este hecho, solo tres fueron reconocidos como descubridores de la estructura del ADN. La cuarta persona, quien fue realmente la que obtuvo la figura fotográfica de difracción de rayos X, dejada a un lado, era Rosalind Franklin.
El camino brillante de Rosalind Franklin
El 25 de julio de 1920 se registró el nacimiento de Rosalind Franklin, una de las mayores mentes femeninas que el mundo de la genética pudo conocer. La infancia de Rosalind estuvo llena de fascinación por adquirir nuevos conocimientos cada día y ampliar su impulso de verificación y cuestionamiento de lo verdadero.
Cuando ella cumplió 15 años decidió ser científica, una noticia que no sorprendió a nadie en su entorno. Con el paso del tiempo alcanzó esta meta, graduándose en la Universidad de Cambridge, en 1941, en el área de Ciencias Naturales, y años después, en 1945, consiguió su primer doctorado en Química Física.
Al culminar sus estudios en Reino Unido, viajó hasta París y permaneció tres años en aquella ciudad, donde aprendió una técnica experimental que sería crucial para sus futuros estudios: “La cristalografía de rayos X” que se utiliza para el estudio y análisis de materiales, basada en el fenómeno de difracción de los rayos X por sólidos en estado cristalino.
Esta fue la técnica que alimentó sus ganas de adentrarse en la estructura física de las moléculas y su composición, por lo que en 1951 comenzó a trabajar en cristalografía de rayos X en la Universidad Kings College. Ahí ella aplicó la cristalografía y fue donde se concibió la famosa “FOTO 51” que marcó un después en la ciencia de la genética.
La famosa “Foto 51”
Durante el tiempo en la Universidad Kings College, Rosalind conoció a Raymond Gosling, uno de los muchos alumnos con los que trabajó durante su investigación sobre la estructura del ADN. La historia marcó un gran hecho el 6 de mayo de 1952, cuando el joven Gosling, guiado por Rosalind consiguió tomar la fotografía más reveladora del ADN. Capturó una fibra de la molécula en estado cristalino gracias a la difracción por rayos X.
Esta fotografía fue nombrada como “Foto 51” y justamente este hecho reveló que el ADN tiene una estructura de dos cadenas que serpentean una alrededor de la otra. Juntos componen la forma X que genera una hélice doble, la cual le permite actuar como una máquina copiadora biológica, capaz de transmitir el código genético desde una célula a otra. Este representa la unidad básica de la vida en la tierra.
El “robo” del conocimiento debido al género
El descubrimiento de Rosalind se consideró revolucionario porque durante los años cuarenta, los científicos sabían que el ADN era el factor que transportaba la información hereditaria de un organismo hacia sus descendientes. Sin embargo, puesto que el ADN era demasiado pequeño para poder ser visto directamente, no se podía entender cómo funcionaba este proceso.
Por ello, en la Universidad Kings College se realizaban investigaciones en este campo, y Rosalind Franklin se topó con muchos colegas en esa área como Maurice Wilkins, con quien no tuvo una muy buena relación laboral debido a que la consideraba una asistente por ser mujer.
Rosalind Franklin surgió en una época donde ser mujer y ser científica no era fácilmente aceptado por la sociedad; sin embargo, eso nunca la detuvo, lo que generó mucha más rivalidad entre sus colegas. Todo esto se agravó cuando Wilkins le enseñó la fotografía que logró Rosalind a James Watson y Francis Crick, un par de investigadores en la misma área. Él reveló está información sin el permiso y conocimiento de Rosalind y que tiempo después les sirvió para resolver el enigma sobre la estructura del ADN.
Los datos de la “Foto 51” de Rosalind ayudaron a Watson y Crick a determinar las medidas exactas para poder modelar con precisión la estructura atómica del ADN y posteriormente, en 1953, ambos anunciaron su logro en la revista Nature; y Wilkins, quien les enseñó la fotografía, hizo lo mismo ese mismo año. Rosalind, por otra parte, también publicó su investigación, pero decidió darle parte del crédito a su alumno de doctorado, Gosling.
Este suceso generó repercusión en la comunidad científica, es por eso que en 1962 el reconocimiento oficial se lo llevó Wilkins, Watson y Crick. Los tres científicos recibieron el premio Nobel en el campo de Fisiología por hallar la estructura de doble hélice del ADN y su papel en la herencia genética.Y ¿Dónde quedó Rosalind? Durante ese lapso de tiempo le diagnosticaron cáncer de ovarios y aunque luchó contra esta enfermedad, la científica falleció a los 37 años, el 16 de abril de 1958. El comité encargado de asignar el tan reconocido premio Nobel no la tomó en cuenta porque la academia no suele otorgar premios post mortem. De acuerdo con los historiadores de la Fundación para la Herencia Química en Filadelfia, Rosalind debió recibir el premio Nobel, porque sin la imagen que ella desarrolló, los otros tres científicos no hubieran podido establecer la estructura del ADN.
Un legado que creó futuro
Después de tantos años, este hallazgo dio paso a nuevos descubrimientos y hoy en día esta área se ha ramificado para estudiar a más profundidad cada caso de la genética. La era de la genómica llegó acompañada de las áreas de transcriptoma, proteoma, metaboloma, epigenoma, que permiten el estudio de la estructura, organización y función de todos los genes y sus productos, así como de los mecanismos implicados en la regulación de su expresión y el modo en que unos genes interactúan con otros.
Reivindicación a la contribución de Rosalind Franklin
La revista Nature, conmemorando el 70º aniversario de la doble hélice, publicó recientemente un artículo que reivindica la contribución de Franklin y la pone al mismo nivel que las de Francis Crick, Maurice Wilkins y James Watson; según relata el portal de El País.
La importancia de Rosalind Franklin en esa hazaña científica ya había sido reconocida con motivo del 50º aniversario, en 2003. Y alrededor de esos años su figura fue dada a conocer al gran público a través de libros como The Dark Lady of DNA (La dama oscura del ADN, no publicado en español), de Brenda Maddox. Los autores del nuevo artículo en Nature, el historiador de la medicina Nathaniel Comfort y el zoólogo Matthew Cobb, lamentan que junto con esa popularización se extendiera una versión de la historia que ahora tratan de desmontar; comenta el diario español.
Este artículo fue publicado el 29 de julio de 2022 y actualizado el 25 de abril de 2023.
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