Latinoamerica es un continente demasiado serio

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Foto: Yerko Escobar

Yerko Escobar escribió desde sus  10 años, pero  la primera cosa que logró publicar fue a sus 19. El gusto a sus lecturas continúas de Lovecraft, le permitieron desarrollar su propio estilo. A partir de ahí realizó guiones para unos 15 comics, pero también escribió tres antologías de cuentos, un híbrido y un par de novelas. Su éxito más reciente es la recreación dibujada de la Guerra del Chaco que va por su segunda edición.

¿Hay mucha gente que se dedica a la elaboración de historietas?

Pero no profesionalmente. La mayor parte son fans entusiastas con ganas y tiempo y publican a veces. Hay diferencias entre la publicación que se edita bajo un sello editorial; la auto editada y la más común: los fansins, que vienen a ser fotocopias de los originales que se comercializan a precios muy bajos en detrimento de la calidad.

¿Ha crecido la cantidad de personas que se dedican a la producción en este formato?

Si te fijas en Facebook, pareciera que todo el mundo es capaz de dibujar y publicar alguna cosa, pero publicar un dibujo en una red social no necesariamente lo hace a uno un artista. Hay la falsa idea de que estamos en un auge; tampoco veo que crezca demasiado.

¿Qué diferencia hay entre comics e historietas?

Es lo mismo con diferentes nombres. La escuela de superhéroes norteamericana es conocida como comics; luego está el manga japones, la escuela más grande y la que más publica. Le dicen historieta a lo que se produce en español. En Latinoamérica se aborda temáticas con contenido más social, histórico y político, y hay poca amplitud para los artistas. Pero todos los mercados tienen su pecado al respecto. Por ejemplo, los autores de comics norteamericanos tienen trabas comerciales muy marcadas; en Latinoamérica cambia, aquí no impera la literatura de ciencia ficción porque todos andan encerrados en los traumas de la historia, la cadena de dictaduras, la situación política contemporánea. Creo que Latinoamérica es un continente demasiado serio, me gustaría que hubiera un poco más de libertad artística en el continente.

¿Y por qué crees que en otros continentes sí se da esta posibilidad y aquí no?

Creo que es una apreciación a las tradiciones literarias auténticas del país en cuestión. Por ejemplo en China y los países escandinavos tienen largas sagas mitológicas, en cambio la narrativa cultural andina es poco accesible, casi no existe. Es difícil encontrar estudios formales sobre mitología aymara, se hace poco y la mayor parte de las veces está dirigida a los niños. La cosa es salir de la burbuja.

De todo lo que has escrito ¿cuál es tu obra más destacada?

A nivel comercial, sería la novela gráfica de la Guerra del Chaco, es una de las que más dinero me ha reportado y una de las que mejor me ha salido porque la documentación que conseguí era lo que necesitaba y tenía en mente. En cuanto a mi obra narrativa, podría ser mi antología de cuentos que escribí en 2013, cuando escribía un cuento por semana.

¿De qué trata tu novela gráfica sobre la Guerra del Chaco?

Es sobre unos muchachos que están por circunstancias diversas allí en la guerra; demuestra la capacidad representativa que tiene el comic de mostrar el conflicto. Por otro lado, es un pequeño discurso acerca la futilidad del patriotismo. Creo que morir por una bandera es lo peor que puedes hacer y trataba de mostrar un poco de eso.

¿Hace cuánto tiempo lo publicaste?

Hace dos años y ese mismo año sacamos una segunda edición porque tiene buenas ventas. Es una novela histórica. En este caso me ciño un poco a la realidad histórica, tomo libertades pero no es un texto que sirva para enseñar en colegio, salvo que haya un colegio anarquista que quiera mostrar que los símbolos patrios son basura.

¿Es una historieta política?

Sí, claro, tomando en cuenta que casi todo lo que hagas en la vida es político.

¿Vivir de escritor es fácil?

La autoedición me ha logrado dar algo de autonomía pero no es nada fácil. He logrado hacer buen dinero pero no es  algo que se alimente de manera tan constante como para llamarlo ´algo que te haga subsistir´.

Trabajas en colaboración con una dibujante que además es tu esposa, cuéntame un poco de eso.

Yo le paso la obra narrativa no un guion preparado y ella (Rafaela Rada) hace su propia adaptación. Prácticamente, podríamos decir que es la autora oficial de adaptación de mis obras, aunque también podríamos decir que son dos obras independientes.

¿Cuál es el último proyecto en el que trabajas?

Ahora estoy haciendo una novela gráfica sobre García Meza que es mucho más complicada, porque hay documentación que sobra.

Para cuándo piensas concluirla

Para la feria del libro, tengo qué.