Mambrú se va a la guerra y el Estado Islámico

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Treinta gobiernos liderados por Estados Unidos han empezado la guerra contra el Estado Islámico del Este (EI). Los videos con hombres decapitando víctimas uniformadas con el color de los presos de Guantánamo contienen un mensaje dirigido al presidente Barack Obama. Ojo por ojo, diente por diente.

En su faz represiva, el EI es el espejo de los ejércitos coloniales que asolaron África y Asia en los siglos pasados, es hijo directo de Occidente, es el mismo Occidente colonial resucitado.

¿Crucifixiones? Los ingleses las hicieron en el África con los negros de Tanzania. ¿Decapitaciones? Miles de verdugos han cortado cabezas en el mundo occidental y en Indochina desde los más lejanos tiempos, incluidas las de muchos reyes. La máquina de decapitar -la guillotina- fue inventada por la ilustrada Revolución Francesa y fue superada por la silla eléctrica y las inyecciones letales de la otra revolución, la norteamericana.

Mientras escribo estas líneas, todo tipo de torturas son aplicadas en el Gulag de la CIA, en Guantánamo y en los territorios de sus países amigos, en todas las prisiones del mundo.

No solo es Occidente, hay que reconocerlo. Es la ferocidad contenida en la naturaleza humana, contraria a la paz, la vida, la ética y la moral que también son humanas. No por eso merece justificación.

Los ingleses, franceses y españoles que combaten como soldados “rebeldes” del Ejército Islámico están creando un Estado, con su califa Abu Bakr al Baghdadi (cuyo nombre original es Ibrahim Awwad Ibrahim Ali al-Badri al-Samarrai), y sus cuatro consejos y valiyatos (provincias). Según el estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), el alcohol está prohibido, hay control de precios, orden. Administran justicia, pagan salarios y ejercen de policía. Los técnicos de las plantas de electricidad siguen trabajando en la parte siria.

Una investigación de Samir Seifan, del Círculo de Estudios Sirios de la Universidad de Saint Andrews, en Escocia, acaba de echar luz al EI.

Los “rebeldes” sirios e iraquíes ganan un sueldo mensual de 400 dólares. Para losmouhadjiroun que llegan de Francia, Europa y el Magreb se agrega una prima de 700 dólares. Hay una suma global de 1,100 dólares para los extranjeros. Cien dólares por esposa y cincuenta dólares por niño a los combatientes casados.

El EI reúne entre veinte mil y treinta mil combatientes en sus territorios de Irak y Siria, la mitad de ellos ingleses, franceses y españoles. Lo primero que hicieron fue tomar Mosul y Faluya, los puertos de Bagdad. Por allí embarcan el petróleo que es vendido a veinticinco dólares el barril mientras en el mercado formal está a cien. Y además confiscaron tres bancos de Mosul con 300 millones de euros y 600 millones de dinares irakíes.

En Siria, el EI controla la red petrolera que fue de la Shell y Total. Producen ciento veinte mil barriles diarios de petróleo ligero.La extracción es salvaje y causa una polución fenomenal. En Irak están produciendo treinta mil barriles por día con los mismos métodos.

También controlan los cultivos de arroz y algodón. Y, por supuesto, los secuestros: un promedio de diez millones de dólares por secuestrado que pagan las empresas y los países negociando en secreto a pesar de las protestas de David Cameron y Obama. No olvidemos a los donantes privados. En primer lugar, los petroleros kuwaitíes que odian al presidente sirio Bashar Al Assad por ser laico y pro ruso.

El ex primer ministro francés Dominique De Villepin, el que se negó a participar en la coalición de George Bush en 2003, ha escrito en Libération de París: “Sonámbulos. Es la impresión que dan las potencias occidentales y medioorientales. Sonámbulos porque parecen incapaces de salir de la repetición neurótica a pesar de todos los fracasos de todas las operaciones acumuladas desde 2001, a pesar de la evidencia de que el grupo EI es el resultado de esas estrategias, hoy los mismos siguen en las mismas, preparando las mismas operaciones y las mismas coaliciones. Sonámbulos porque no hay nadie que los pueda despertar, nadie que les pueda hacer ver que van corriendo al desastre”.