Mujeres en plena actividad económica

Por ViceNews con datos
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Foto: Getty Images

Un número cada vez mayor de mujeres se está convirtiendo en parte de los cárteles y grupos criminales de México, según un nuevo informe del International Crisis Group.

Las mujeres se están uniendo al Cártel de Sinaloa, al Cártel Jalisco Nueva Generación y al Cártel del Sur en mayor número, según la autora del informe, Angélica Ospina-Escobar, y en una variedad de roles que incluyen ladrones de autos, gerentes de puntos de venta de drogas, supervisoras, asesinas y coordinadoras. Las cifras reales son difíciles de alcanzar, pero las estimaciones del informe sugieren que las organizaciones criminales mexicanas reclutan aproximadamente 7.000 miembros por año, y que las mujeres representan entre cinco y ocho por ciento de esa cifra, entre 350 y 560 por año.

Los estereotipos de género que hacen que las mujeres sospechen menos que los hombres de las malas acciones las ayudan a pasar desapercibidas en multitudes y entornos públicos, y a atraer menos atención de la policía y el ejército que encabezan la lucha contra el crimen organizado en México, dice el informe. Y son sus parejas masculinas descarriadas o el uso de drogas lo que generalmente las pone primero en contacto con el mundo criminal, dijo Ospina-Escobar.

“La oportunidad de obtener mayor autonomía y, en algunos casos, ejercer el poder es atractiva” para las mujeres que viven en México, un país azotado por la violencia de género y la pobreza, así como por una injusticia generalizada.

Las razones por las que las mujeres entran en el crimen organizado, como el tráfico de drogas o el asesinato a sueldo, tienden a ser muy similares a las de los hombres: tanto por el dinero como por el empoderamiento y el estatus. Pero el impacto en la sociedad tiende a ser diferente, especialmente en una región donde la mayor parte del cuidado de los niños tiende a recaer en las mujeres. Si las madres terminan tras las rejas, es más probable que sus hijos también lo hagan, dice el informe, y tienden a emular las decisiones que toman sus madres y el estatus que obtienen trabajando para el cártel.