El ataque sobre Ucrania expone la fragilidad de Estados Unidos y los aliados de la OTAN
Los Estados Unidos no ha hecho sino criticar la ofensiva rusa sobre Ucrania, pero se ha visto impedida de actuar en el campo de batalla. Esta realidad ha generado dudas sobre la verdadera capacidad de reacción de los Estados Unidos y sus socios en la OTAN que desde hace por lo menos un par de meses insistieron al unísono que no admitirían acciones militares rusas en Ucrania, que no han pasado de ser eso: anuncios sin concreción.
Hasta que finalmente, el presidente ruso Vladimir Putin, que se ha sabido mover en el ajedrez de la guerra con más capacidad de mando que todos los aliados occidentales juntos, cumplió el ataque sobre Ucrania. Semanas previas, llegó incluso a exigir que los aliados de la OTAN pongan por escrito su no intensión de anexar a Ucrania al Tratado, una de las razones que expuso desde el inicio sin contemplaciones ni miramientos, ante el envilecimiento de Europa ante Putin.
Amenazas de sanciones de Estados Unidos
Este jueves, un sinnúmero de reacciones de varios líderes europeos insistían que todas las sanciones anunciadas por el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en caso de un ataque de Rusia a Ucrania, eran demasiado blandas y, lo peor, que no se han concretado. Los analistas internacionales pusieron como ejemplo la amenaza de excluir a Rusia de la red bancaria SWIFT. En un pronunciamiento este jueves el presidente de EEUU anunció nuevas sanciones a Rusia y las clasificó como “las mayores sanciones económicas en la historia”.
A pesar de la drasticidad anunciada por el jefe de Estado norteamericano, la exclusión de Rusia del SWIFT no se había cumplido. No pasaba de ser una amenaza sin concreción.
También este jueves, en un comunicado conjunto emitido tras una reunión virtual, los líderes del G7, el grupo de las siete economías más ricas e industrializadas del planeta se limitaron a señalar que Vladimir Putin “se colocó al lado equivocado de la historia” al “reintroducir la guerra al continente europeo”. Los líderes hablan de sanciones y de hacer lo necesario para preservar la integridad del orden internacional basado en reglas claras.
Aunque los poderoso líderes de Alemania, Italia, Francia, Canadá, Gran Bretaña, Japón y Estados Unidos han hecho muy poco en esa dirección.