Iglesia ratifica crítica contra miseria de la corrupción

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Los obispos de Bolivia reiteraron ayer sus críticas por la corrupción en el país y pidieron al Gobierno poner fin al narcotráfico, la intolerancia y la delincuencia, identificados como los grandes males que deterioran la sociedad.

En el mensaje de clausura de su 97 Asamblea, la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB) también condenó la creciente pobreza y la existencia de gente privada de sus derechos fundamentales y de bienes de primera necesidad como la comida, el agua y las condiciones higiénicas.

El mensaje leído por el secretario general de la CEB, Eugenio Scarpellini, también insta al Gobierno a administrar con transparencia la “bonanza económica”.

Los obispos advirtieron que “los hechos delictivos exigen ser esclarecidos con transparencia y verdadera justicia” si se busca “un clima de paz auténtica”.

En un mensaje al término de su asamblea anual en esta ciudad (Casa Maurer), los obispos recordaron que “una recta conciencia y coherencia de vida cristiana prohíben siempre la complicidad con el mal, la injusticia y el encubrimiento de la verdad”.

Recordaron las palabras del papa Francisco: “Los corruptos son peores que los pecadores… porque es muy difícil que un corrupto vuelva atrás.

Los obispos identificaron al narcotráfico y la drogadicción como los principales males sociales que atribuyeron “a los comerciantes de muerte que se enriquecen a costa de la vida de las personas, especialmente de la juventud”.

El mensaje se solidarizó con las víctimas de los desastres naturales, particularmente de las inundaciones en la amazonia, y demanda apoyo para la reconstrucción de viviendas y la recuperación de sus tierras de cultivo y su riqueza ganadera.

Asimismo, exhortaron al Gobierno a administrar “con eficiencia, equidad y transparencia” la “reconocida bonanza macro-económica” del país priorizando obras de salud, educación e infraestructura y “evitando todo lo que signifique ostentación y despilfarro”.

Miseria moral

Los obispos señalaron que es evidente la gravedad de la miseria moral que afecta a la sociedad en varios ámbitos: “Particularmente compartimos la decepción y el escándalo que se difunden cada vez más en el país por la creciente corrupción, de manera más evidente en el ejercicio de la justicia”.

El mensaje dice que la corrupción daña la convivencia social creando inseguridad ciudadana y sumiendo en el dolor e impotencia a ciudadanos y sus familias.

Entre los males que afectan a la sociedad, la Iglesia Católica hizo mención a la inseguridad ciudadana, la violencia, el recurso a la justicia por mano propia, el alcoholismo, el abuso y explotación sexual de menores.

Nombró también la trata de personas y la insuficiente atención a niños y jóvenes en desventaja social “que se constituyen en los titulares que cada día ocupan los medios de comunicación”.

Los obispos consideran que en el Beni y en los otros lugares afectados por las inundaciones es vital ayudar con semillas, ganado y otros insumos, además de encarar la reconstrucción de casas en el marco de un compromiso serio y duradero.

Exhortaron a que se promuevan acciones para un mayor cuidado de la naturaleza, “que es un don de Dios.

Finalmente, los obispos señalaron que la miseria espiritual golpea a la población “cuando nos alejamos de Dios y rechazamos su amor”. Si consideramos que no necesitamos a Dios porque pensamos que nos bastamos a nosotros mismos, nos encaminamos por un camino de fracaso”, dice el documento.