20 de octubre de 2019 | Capítulo IV Generaciones Y y Z. Transformación, ´fake news` y redes sociales
El 20 de octubre de 2019, hace exactamente dos años, Bolivia vivió uno de los periodos más descarnados de su historia política contemporánea. Dos semanas después de las elecciones generales convocadas para esa fecha, el presidente Evo Morales que había gobernado 14 años consecutivos -el mandato más largo de cualquier otro periodo presidencial- abandonó Bolivia acorralado por un movimiento cívico que se manifestó en los diferentes departamentos del país. En la edición de noviembre de ese mismo año, dat0s relató en siete capítulos el particular momento que se vivía en Bolivia a punto de estallar en una guerra civil.
En el cuarto capítulo, el presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho toma la dimensión de un Mesías, arenga a la multitud refugiado en la Biblia. Los últimos 10 años Bolivia ha sido considerado un ejemplo por el manejo de su economía. En eso, aparentemente los jóvenes desmotivados, despolitizados, sin enemigos que combatir al frente, pasaron del adormecimiento de las redes sociales a la defensa de su despertado voto.
Los grupos de adolescentes, jóvenes, hombres y mujeres se repliegan para iniciar mañana el mismo ejercicio: el bloqueo, la marcha y su presencia descontada en los cabildos. No paran de gritar, llevan cintillos y banderas bolivianas en la espalda. Exigen libertad de expresión, igualdad de derechos, justicia y que se respete su voto; no creen en la reelección indefinida, se exasperan contra los autoritarismos. Todos estos atributos son diferentes a los sueños de sus padres, debido en parte, al avance inevitable de la tecnología. Las redes sociales operan un cambio en su elección de inmediatez con la comunidad y las comunicaciones. “Soldados”, “Guerreros de la paz”, son algunos apelativos que los identifica. Aunque estudiosos de la realidad social los califican de “simuladores”.
“Los mayores no han comprendido el mensaje”, dice un millennial que participa y organiza los bloqueos en la zona sur de La Paz. Lleva un casco y junto a otros afina posición en uno de los puntos de bloqueo. Ellos levantan maderas, piedras y palos. María Esther Flores es una profesional recién graduada de Filosofía en Madrid. Ella estudia el fenómeno de la juventud y le ha tocado participar de las manifestaciones. “Las viejas estructuras de poder siguen reinando sentadas sobre las arcas públicas y privadas”, asegura. Rebeca Montes, estudia Arte en la Universidad Mayor de San Andres. Ella dice: “estamos casi obligados a corregir la actitud indiferente que asumen nuestros padres en torno por ejemplo al cambio climático”. Ella afirma convencida que les estamos dejando el mundo con problemas apremiantes. “A los mayores ya no les interesan las repuestas”. No todos los jóvenes consultados en la presente crónica plantean la pacificación del país o un acuerdo para superar la crisis.
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Paciencia, inmediatez de la información y “fake news”
El presidente del Comité Pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho (40) es quien más podría entender las aspiraciones del mundo joven. No dirige su lucha detrás de un escritorio. Es escurridizo, histriónico y aparentemente quiere una Bolivia con justicia e igualdad de oportunidades. Pero, hay algo en él que no encaja. Rebeca dice que “un guerrero como él dice ser debe ser sincero, decir la verdad”. Asegura que mientras los líderes políticos y estos nuevos lideratos cívicos no renuncien a sus apetitos personales, se unan y busquen salidas, nos están mintiendo” “¿Por qué no se presentaron a las elecciones en una sola candidatura?, se pregunta y ella misma contesta: “¿Quizá nos habrían ahorrado todo esto de haberlo hecho?”.
Grupos de venezolanos aparecen en las cadenas de televisión. “Resistan hermanos bolivianos, nosotros perdimos la oportunidad”. Una guerra perdida como en Venezuela no puede ser por definición pacífica. Venezuela tiene una inflación de 140%, es el país con los más altos índices de desocupación. “Es ahora o es nunca”, arengan los manifestantes jóvenes en las calles de La Paz. Un millennial opina: “No queremos otra Venezuela aquí”. En las redes sociales se lee que “tropas venezolanas han llegado al aeropuerto de Viru Viru para alentar una intervención armada”. “Yo no creo esa versión pero inquieta, opina Rebeca Montes. ¿Son las ´fake news?”. Los medios de comunicación son objeto de acoso en las calles. “Están vendidos al Gobierno”, opinan varios jóvenes en medio de los bloqueos en la 8 de Calacoto.
Colegiales y universitarios en las protesta
Juan Andrés es un joven que estudia en la Universidad Católica Boliviana. Cursa el primer año de la carrera de derecho. Tiene 20 años y se ha sumado a las marchas de protesta desde el primer día de su convocatoria. Dice que está “clarito que se ha manipulado el data de los resultados de la elección”. Él y un grupo de compañeros no defiende a una fuerza política en particular. Dice que participa en las protestas porque “quiero vivir en un país con libertades”. Opina que está siendo “limitado el derecho a escoger a tus representantes”. Asegura que una democracia implica alternancia y poderes del Estado independientes. ¿Por qué estás aquí?, consultamos a Ángela, estudiante de 6to de secundaria de un colegio de la zona sur de La Paz. Ella no tiene edad de votar. Ángela forma la generación Z, los nacidos a partir del 2.000. Pertenece a la agitación de un nuevo mundo tecnificado. Ángela tiene un Huawei Pro y no deja de hacer registros con una mano al estilo habilidad asombrosa y con la otra flamea una bandera boliviana. “Estoy aquí porque no puedo admitir que alguien quiera quedarse en el poder indefinidamente”. La cuestión en ella es democracia. Votar, elegir, cambiar.
Cesar vive en El Alto, tiene 21 años. Ha bajado al centro de La Paz para sumarse a las manifestaciones. Estudia en la UPEA. Votó el domingo por primera vez. ¿Qué opinas de lo que está pasando? “Que los jóvenes no estamos representados en estas movilizaciones solo por la defensa del voto; necesitamos cambios de verdad, queremos mejores condiciones de vida, democracia de verdad. Trabajo digno, salud y educación garantizada”.
Atrás de una marcha que gana las calles de La Paz preguntamos a María René el porqué de su presencia en las manifestaciones. Ella es estudiante de la UMSA. “Hemos vivido bien estos años, el país ha cambiado, hay una mayor inclusión; pero sigue faltando mucho para que se nos incluya”. Son visiones de un país que desde el domingo 20 ha ingresado en un escenario que exige transformaciones profundas.