¿Cómo puede impactar un aumento del salario mínimo del 20% en Bolivia?

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El anuncio del gobierno de Bolivia de aumentar el salario mínimo en un 20% fue aplaudido por gran parte de los sectores obreros del país. Pero fue recibido con algunos recelos sobre el impacto que pueda tener en la economía nacional.

El aumento será significativo para los trabajadores peor remunerados, que pasarán de ganar hasta US$206 mensuales, unos US$40 más que el año pasado.

Además, también se sube en un 10% el salario básico de los empleados -lo que en otros países se conoce como sueldo base-, es decir el pago mensual por el trabajo, independientemente de lo ganado con horas extras y otras remuneraciones.

El presidente del país, Evo Morales, justificó que el buen desempeño económico de Bolivia -que crecerá en torno a un 5,5% este año- debe beneficiar también a los trabajadores.

El primer efecto claro de este aumento, acordado con la mayor unión sindical del país, la Central Obrera Boliviana, será más disposición de dinero para consumir bienes y servicios.

“Esto va a tener un impacto importante sobre gran parte de la población, que vive al límite de la pobreza, pero también puede ser algo transitorio”, le dice a BBC Mundo Carlos Gustavo Machicado, investigador senior del Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (INESAD), con sede en La Paz.

“Ya hay mucho dinero circulando en la economía, la monetización es muy alta, y si se agrega más dinero eso puede provocar presiones inflacionarias”, explica.

Más dinero circulando

En verdad, una de las políticas del gobierno de Morales ha sido la de distribución de la riqueza a través de programas sociales como el Bono Juana Azurduy para embarazadas, las ayudas a estudiantes o el doble aguinaldo de las pasadas Navidades.

Los altos precios en el mercado internacional del gas y los minerales, principal fuente de ingresos del país, dispararon la economía de Bolivia y permitieron repartir dinero, hasta reducir los índices de pobreza extrema en un 17% en los últimos ocho años.

Por ahora, la inflación de Bolivia, que se estima en un 6,5% anual, es relativamente baja comparada con la de otros países de la región y el costo de la vida se mantiene estable.

Por ejemplo, en Cochabamba se pagan 50 centavos por un litro de gasolina, unos US$3 por un almuerzo o unos US$250 por un apartamento de dos habitaciones en un barrio residencial medio.

“El nivel es aceptable, pero puede dispararse si el Banco Central no puede seguir haciendo bien su trabajo”, asegura el investigador.

Una subida de los precios podría golpear especialmente a las familias más humildes en uno de los países más pobres de Sudamérica.

Los últimos datos oficiales del país, que datan de 2011, muestran que el 45% de la población es pobre y el 20,9% extremadamente pobre.

Empresarios en contra

Sin embargo, el gobierno niega que el aumento de los salarios vaya a reflejarse en el precio de los productos.

“No habrá problemas porque esto es un proceso de redistribución, el salario que se incrementa al trabajador va llegando a otros sectores, pero no necesariamente con incremento en los precios, sino con incremento en la actividad. Si antes vendían 10 caramelos, ahora venderán 12 caramelos”, explicó el ministro de Economía y Finanzas, Luis Arce.

Pero los empresarios no creen que aumentar los salarios vaya a ser un negocio tan dulce.

Aseguran que podrían incluso afectar las buenas predicciones de crecimiento avaladas por organismos como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial.

La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) rechazó la subida, argumentando que algunas empresas no podrán pagar estos salarios y que la medida podría frenar el desarrollo de algunas industrias locales.

“¿Van a dejar de funcionar (las empresas)?, ¿van a despedir a su gente?”, cuestionó el presidente de la mayor patronal boliviana, Daniel Sánchez.

“No estamos anunciando despidos, pero el sector productivo va a tener que pensar en la automatización de sus procesos antes de generar trabajo. Este incremento es un desincentivo a la generación de un empleo digno”, aseguró por su parte el presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Mario Antonio Yaffar.

Pero no se trata sólo de los empresarios.

También los jubilados se mostraron en contra del anuncio, no porque se vaya a producir una subida de los salarios, sino porque el aumento de la renta no incluye a los 144.000 pensionados del país.

Para este viernes está prevista una protesta Confederación de Jubilados Rentistas de Bolivia en la sede del gobierno, en La Paz.

Año electoral

Las consecuencias del aumento del salario no se ven sólo desde una perspectiva económica.

“Hay que recordar que estamos en un año electoral, y ésta se puede interpretar como una medida con tinte político”, dice Machicado.

Evo Morales se enfrentará a la reelección en los comicios generales de octubre.

Y los empresarios y opositores interpretaron la subida de los salarios como un guiño al electorado obrero para seguir apoyando al Movimiento Al Socialismo del presidente, algo negado desde el oficialismo.

Y es que las últimas encuestas, aún antes de anunciarse la subida, ya daban por ganador con clara ventaja a Morales, que podría ejercer su tercer mandato.