Milei: ¿se viene un terremoto mundial?

Por Carlos Rodriguez
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A poco más de un mes de las elecciones en la Argentina un candidato que no responde a las desgastadas ideologías de derecha e izquierdas podría ganar la presidencia.

Yates, aviones privados, mansiones, contratos a cambio de favores, privilegios. Son algunos ejemplos en lo que se ha convertido lo que Javier Milei llama “la casta política”.

Ejemplo: Buenos Aires, Argentina, septiembre de 2023. El perfume que se huele desde la Casa Rosada es embriagador para los simpatizantes peronistas que planchan un vestido confeccionado a mano pero que ya no encaja en el cuerpo gordo que produce repulsión. Las simpatías se han trasladado de mesa, las fichas de mármol con las que “la casta política” se ha nutrido hasta la putrefacción, devorándose entre ellos.

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Javier Milei no es un dios, tampoco la personificación del diablo como lo pintan desde algunas esferas de la comunicación (CNN, BBC) que se juegan al todo en su contra. Lo que se olvidan, o no quieren decir, es que afuera, en la calle, hay millones de personas buscándose el sustento diario; ha dado a luz un parto difícil que se llama Milei.

Cientos de miles de jóvenes, esos a los que el Estado ha condenado sin oportunidad de empleo piensan en él como un salvador. Ya no tienen mucho más que perder y nada que ganar si volvieran a acomodarse en los acolchonados sillones donde “la casta” se reparte dádivas y lujos extraños.

El politólogo Cesar Indiano, dice que Milei ha demostrado dos cosas que nadie quiere admitir: que el Estado es un estorbo entre los intereses del ciudadano honrado y sus aspiraciones legítimas de prosperidad material, que los programas y las políticas sociales esgrimidas con tanta insistencia son mecanismos eficaces para robar dinero a granel, fingiendo que ayudan a los débiles.

“Milei salió de una buhardilla intelectual insignificante, es decir, salió de la nada, esgrimiendo una motosierra encendida para podar de raíz todas las mentiras, tonteras y falacias que los políticos han sembrado en las naciones, en ese ambiente infecundo y aburrido que el maestro español García Trevijano definía como ´la discusión de las apariencias´”.

Se pregunta Indiano si Milei la tiene fácil. “Obviamente que no, porque su ciclónica campaña hacia la presidencia de la Argentina ha consistido en poner a la vista del mundo de qué modo los políticos de todas las denominaciones – izquierdas y derechas por igual – han echado mano de los mismos trucos para exprimir el Estado; haciéndose ricos y famosos con la excusa de que lo hacen para ayudar a la gente débil, a la cual consideran desecho”.

Si Milei gana las elecciones se destapará esa olla que ha hervido el caldo espeso alimentando una élite que de tanto engordar comenzó a ser repugnante.