La otra cara de la pandemia: enfermedades desatendidas por tratar el Covid-19

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Foto: AFP

El colapso en los sistemas de salud llevó a que los padecimientos crónicos no transmisibles quedaran descuidados, generando un grave impacto en la población. La mortalidad materna aumentó, al tiempo que se redujo la vacunación básica en niños, produciendo un importante retroceso. Los expertos alertan que los sistemas de salud deben cambiar hasta poner la atención primaria en el centro de la agenda, aún más cuando termine la pandemia.

Sistemas de salud colapsados

Durante la pandemia, numerosos países reconocieron que sus sistemas de salud quedaron colapsados. En medio de un miedo generalizado, las personas dejaron de asistir a controles, exámenes de diagnóstico y procedimientos menores o ya programados; lo que agravó la incidencia de enfermedades no transmisibles, al tiempo que impactó padecimientos que ya estaban desatendidos.

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Entretanto, la mortalidad materna es una problemática que se ha disparado durante la pandemia. Los expertos alertan que la muerte de gestantes prácticamente se duplicó frente a cifras previas a marzo de 2020, al tiempo que la atención a la madre como al recién nacido se interrumpieron casi a la mitad, principalmente por el miedo de la madre a consultar, pero también porque los recursos se concentraron en atender la emergencia que supuso el Covid-19.

Vacunación contra otras enfermedades

Otro sector que también se vio afectado fue la vacunación contra otras enfermedades. Según la Organización Mundial de la Salud y Unicef, a nivel mundial, en 2020 se registró el mayor retroceso desde 2009.

23 millones de menores no recibieron vacunas infantiles básicas en ese año, una cifra que supera en casi 4 millones la registrada en 2019. A su vez, la Organización Panamericana de la Salud alertó de un alto riesgo de brotes de enfermedades por falta de vacunación rutinaria.

Son muchos los aprendizajes que pueden resultar de una situación como la que ha vivido el mundo en estos casi dos años. Es prácticamente una opinión generalizada entre los expertos que los sistemas de salud tienen que ser modificados de forma estructural, poniendo la atención primaria en el centro de la agenda. No obstante, los investigadores alertan que el planeta no está listo para enfrentar situaciones similares en un corto plazo.