Pensando el coronavirus: Lorgio Rivera, pediatra con especialidad en Terapia Intensiva Pediátrica (TIP)

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Foto: Facebook de Lorgio Enrique Rivera Calvo

Lorgio Rivera ha estudiado en el Instituto Superior de Ciencias Médicas, La Habana, Cuba; es miembro de la Sociedad Iberoamericana de Neonatología; jefe de la Unidad de Neonatología de la Clínica Cemes, La Paz y director del Centro de Vacunación Vacunas Plus SRL. Durante la pandemia Covid 19 sigue trabajando normalmente, pero además -interesado en su labor profesional- ha destacado información a la población sobre los riesgos del contagio del nuevo coronavirus, cómo detectar la enfermedad y evitar cualquier posibilidad al virus invasivo de penetrar al organismo. Esta la entrevista:

¿Bolivia está combatiendo la pandemia de forma adecuada?

El País en su generalidad sí ha respondido muy bien a esta pandemia, el abordaje inicial y conceptual ha sido excelente. La prueba es que en esta etapa de contención las cifras de afectados están dentro de márgenes muy aceptables. Sin embargo, Bolivia tiene sus propias particularidades económicas, políticas y sociales. No todos pueden hacer la misma cuarentena, no podemos pedirle a una persona que vive en condición de pobreza que guarde la cuarentena igual que una persona que cuenta con ahorros y que sus ingresos no dependen del día a día.

Gracias a Dios, hasta el momento de esta entrevista, no hemos tenido un desborde del impacto del Covid 19 y la saturación de nuestro sistema sanitario. Recién hemos alcanzado 1.000 casos positivos. Estamos probando la fase de contención, nos queda todavía la fase de mitigación.

En la fase de mitigación, es cuando se podrá ver lo que las autoridades han logrado articular, organizar y operativizar en todos los niveles del Estado. Cuando se presenten miles de infectados de los cuales 14 por ciento van a requerir cuidados hospitalarios es cuando vamos a ver cuán eficientes han sido nuestros líderes y si los esfuerzos del país en su conjunto logran buenos resultados.

En mi opinión, al país le falta preparase más para enfrentar la fase de mitigación, hasta ahora gracias a los esfuerzos de la población no tenemos el impacto negativo que el virus está alcanzando en otros países. Debemos destacar, que a pesar de todo, el pueblo boliviano en estos últimos tiempos ha dado un ejemplo al mundo y lo continuará haciendo. Es una lástima ver que un pueblo tan grande y sacrificado, salvo contadas excepciones, no tenga los líderes que se merece.

Hasta el sistema nacional de salud no ha logrado articular y efectivizar todas las resoluciones y protocolos que se necesitan aplicar. Vemos que muchos gobiernos departamentales y municipales no han logrado engranarse a este esfuerzo promovido a nivel central. Muchas ciudades intermedias, no cuentan siquiera con tanques de oxígeno, para dar un ejemplo, no están logrando concentrarse en lo puntual, equipar hospitales de segundo nivel y tercer nivel de forma eficiente. Hasta el momento las autoridades sanitarias no han podido establecer una alianza total y fortalecida con el sector médico a pesar de sus buenas intenciones.

Existe mucho descontento en el sector profesional de la salud. Necesitamos acciones y no sólo buenas intenciones, necesitamos más eficiencia y menos burocracia tanto a nivel nacional, como departamental y municipal.

Las pruebas o testeo rápido, como se conoce, ¿son necesarias o como ha declarado el ministro de Salud, se van a gestionar únicamente a los contagiados?

La realidad en relación a los test es que hasta el momento no se han implementado en un 100 por ciento los laboratorios que se han donado. Se requiere más que los equipos; se requiere ambientes y personal calificado en Biología Molecular, entrenado en la manipulación de reactivos, transporte y logística. Es cierto, se deberían hacer más pruebas, pero en este momento y dadas las actuales capacidades, se debe priorizar a los enfermos Covid 19.

¿Cuánto deberá durar la cuarentena?

Una cuarentena dura cuarenta días. Estamos aprendiendo del comportamiento epidemiológico en el hemisferio Norte, observamos que para contener al virus se necesita más tiempo de medidas de contención si se quiere evitar una propagación masiva y rápida de las infecciones por Covid 19. Sin embargo, a diferencia del Norte, existen otras variables sociales, económicas y políticas que se deben atender y entender. No nos olvidemos que pese a la emergencia de la pandemia, estamos en un proceso preelectoral y existen fuerzas que mueven sus intereses y aspiraciones para ganar réditos políticos y que pueden perjudicar o influir negativamente en la toma de decisiones.

Es necesario ir liberando la economía y asesorando a los diferentes sectores productivos con el apoyo estatal y económico que en este momento lo necesita, preservando sobre todo los derechos y libertades constitucionales que todavía no se han perdido, pero están en sutil riesgo. La cuarentena está a punto de terminar, debemos diseñar en estos días un nuevo esquema de contención para esta nueva fase de la pandemia, lo bueno de estar entre los últimos es que podemos ver y aprender de los primeros que enfrentaron la pandemia.

¿Cuánto tiempo debería durar la exposición en lugares públicos o cerrados, qué previsiones se deberían tomar para el retorno a la normalidad y finalmente qué debería cambiar de aquí en adelante en cuánto a la gestión en salud pública?

En estos momentos, la normalidad no va a ser como la entendíamos antes de marzo de 2020. Es necesario  ir forjando  una nueva “normalidad”, si nos referimos a “volver a las calles” tenemos que hacerlo con mucho cuidado, integrando paulatinamente a los sectores productivos, con la mano de obra más joven y de bajo riesgo, observando muy de cerca el impacto de la vuelta a las calles en otras latitudes y países.

En todo momento, nos toca a todos, obedecer las recomendaciones sanitarias, si no las seguimos podrán presentarse rebrotes secundarios y éstos podrían tener inclusive mucho más impacto que los primarios.

Se dice que la medicina privada se hace un lado en situaciones de emergencia como las que vivimos con el Covid 19 y que esa labor queda en manos de un puñado de profesionales médicos, enfermeras y personal hospitalario del sector público, ¿qué de cierto hay en esta afirmación?

Particularmente en el contexto de la pandemia, considero que la labor del médico, sea del sector privado o público es ante todo humana y universal, unificada por el rigor científico y respaldado por un enfoque médico que trata de enfrentar esta emergencia global con la mayor serenidad, prudencia y profesionalidad posible.

Aunque el sector médico privado en nuestro país solo representa del 5 al 10 por ciento de los servicios sanitarios, lo que significa que no tiene un peso muy importante en términos de salud pública e impacto social -su aporte es sumamente importante como parte activa del sistema social de salud comunitario- gracias a que en este sector existen profesionales que han invertido recursos propios para su desarrollo y auto superación, a fin de conseguir un alto nivel de excelencia. Los recursos humanos de alta especialización requieren importantes y constantes inversiones, que el sector público usualmente no puede invertir.

En La Paz existen 10 clínicas privadas de tercer nivel acreditadas. Esto significa que el sector en relación a la lucha contra la pandemia es muy pequeño frente a las grades demandas en terapias intensivas que pueden llegar a presentarse.

El aporte más importante del sector privado, se da en el ámbito de liderazgo, la contribución a las sociedades científicas y la educación a la sociedad, a través de plataformas y redes sociales, con la elaboración de protocolos de atención y asistencia. Este sector tiene grandes CAPACIDADES HUMANAS y profesionales, pero no tiene la capacidad económica para sustentar el reto de enfrentar el embate que significa esta pandemia, muchas instituciones privadas en salud pueden inclusive desaparecer por la crisis económica y social que se avecina.

Como pediatra especializado en Terapia Intensiva Pediátrica, haría una distinción entre morir por coronavirus o morir de hambre, con ejemplos que se repiten a lo largo de la historia y el tiempo.

Es un dilema en el mundo; toda vida cuenta y toda muerte duele. El Covid 19 va a afectar como siempre mucho más a los sectores empobrecidos; son siempre los más afectados. La pandemia va a provocar hambre y el impacto económico va a ser devastador, de acuerdo al último informe de la CEPAL, se proyecta una recesión en la economía de la región que no se había visto desde los años 30 del siglo XX.

La humanidad está a prueba y la habilidad de cambiar los valores que hasta hoy el sistema de consumo y de producción extractivista nos han impuesto, va a determinar nuestra capacidad de sobrevivencia. Pandemia: del latín, PAN: TODO Y DEMOS: PUEBLO. Algo que afecta “a todo un pueblo”.

Si bien los grupos sociales con menos recursos probablemente presenten los porcentajes de mortalidad más altos, esta pandemia no es excluyente, los ricos o pobres se contagiarán igual, y sin importar su capacidad de ingreso la causa de muerte será insuficiencia respiratoria y falla pulmonar. La exposición a este virus no diferencia credo, raza posición social y económica infecta a todos por igual, los ricos no podrán comprar aire cuando sus pulmones estén inservibles por el virus.

Por muy rica que una persona sea, no podrá comprar un sistema inmune; ni el pobre podrá venderlo.

En Estados Unidos muchos están muriendo por haber comido en exceso. Las personas con obesidad son un grupo de riesgo. En el otro extremo, en Bolivia y los países de bajos ingresos las personas desnutridas pueden contribuir a las muertes colaterales causadas también por el Covid 19. Al final toda muerte es igual, una pérdida humana irremplazable.

El proceso y las condicionantes sociales son las diferentes. El hambre y el Covid 19 pueden matar. Nuestro objetivo como médicos es luchar por la vida.

¿Cuál es la consecuencia más sentida de esta crisis sanitaria de alcance mundial?

Son pocos meses para tener una evaluación del impacto global, nacional y regional. Lo que podemos ver es una revolución sin precedentes, gestada por la propia naturaleza; provocada por el mismo hombre cuyo afán de producción y consumo no tiene límites.

Hoy ante nuestros ojos, tenemos un planeta paralizado. Más de 3 millones de infectados, 215 mil muertes. Los líderes globales en su mayoría están desconcertados. Como todas grandes crisis, la pandemia del Covid 19 nos está ofreciendo la oportunidad de repensar la manera en la que nuestra sociedad debe mirar hacia adelante, de una manera diferente, más sabia, más justa para todas las personas.