La NASA dice que la avaricia de Jeff Bezos retrasará el retorno a la Luna

Por Omar Kardoudi | El Confidencial
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Jeff Bezos, Blue Origin

La NASA decidió apostar por oferta de SpaceX

A Jeff Bezos, fundador y antiguo CEO de Amazon reconvertido a cowboy espacial, no le ha gustado nada que la NASA pase de su compañía Blue Origin y otorgue a SpaceX el contrato para la construcción del módulo de aterrizaje lunar del programa Artemisa. Aun así, Bezos no se rinde y ha provocado una espiral judicial que puede ahogar la financiación de la misión y dar al traste con el programa de la NASA que pretende llevar a los humanos a la Luna 50 años después.

Blue Origin, SpaceX y Dynetics compitieron por llevarse el multimillonario contrato de la NASA para construir el módulo de aterrizaje lunar de su programa Artemisa. De hecho, las tres compañías recibieron en abril de 2020 fondos de la NASA para la fase inicial del programa: Blue Origin se llevó 579 millones de dólares, SpaceX 135 y Dynetics 253.

Luego las tres compañías enviaron sus propuestas definitivas a la agencia americana y la NASA decidió apostar por la oferta de SpaceX que había presupuestado su diseño en 2.900 millones de dólares, muy por debajo de los 5.900 millones que pedía Blue Origin. La compañía de Bezos protestó y al final acabó denunciando a la NASA, primero ante la Government Accountability Office (GAO), una agencia independiente de control y luego en la corte federal americana.

Según los documentos judiciales de los abogados de la NASA, obtenidos por The Verge, la agencia americana habría considerado desorbitada la propuesta de Blue Origin y por eso la desestimó. Blue Origin argumenta que esa era una propuesta para empezar a negociar y que estaban dispuestos a rebajar sus honorarios, una táctica que habían empleado en la fase inicial y les había funcionado.

Tanto la NASA como sus abogados no lo vieron de la misma manera y no dieron pie a negociar, debido también a que el Congreso había recortado a un tercio el presupuesto de la misión y no había dinero para financiar dos propuestas de módulo de aterrizaje.

A Bezos no le gusta perder

Esto mosqueó aún más a los de Bezos que acabaron pidiendo el arbitraje del GAO porque, según ellos, el cambio de presupuesto y el hecho de que a SpaceX le permitieron retocar su propuesta, debería haber anulado las bases del concurso original.

Para la NASA ese argumento es una patraña y así lo manifestaron sus abogados en sus declaraciones. “Al darse cuenta ahora de que apostó y perdió, Blue Origin pretende utilizar la función de supervisión de adquisiciones de la GAO para obligar indebidamente a la NASA a sufrir las consecuencias de las decisiones mal concebidas de Blue Origin”, afirmaron.

El GAO dio la razón a la NASA y anuló la petición de los de Bezos por no encontrar pruebas sólidas del perjuicio del que se quejaban. “La decisión de una agencia de no iniciar discusiones es un asunto que generalmente no revisaremos”, dijo el abogado de la GAO, Thomas Armstrong en el fallo.

Sin embargo, Blue Origin sí que obtuvo una pequeña victoria cuando el GAO les dio la razón en una de sus alegaciones que sí se podía considerar una ventaja y que acabaría siendo la base de su demanda ante la corte federal. La NASA renunció a implementar un requisito que está establecido en las bases de su concurso y que obliga a programar revisiones de seguridad gubernamentales antes de cada lanzamiento. Las llamadas Flight Readiness Reviews, deben producirse 14 días antes del lanzamiento de cada un cohete y la propuesta de Blue Origin incluía hasta tres lanzamientos de su cohete Blue Moon con una revisión de seguridad para cada lanzamiento.

SpaceX por su lado, propuso una sola revisión para los 16 lanzamientos que tiene previstos: ​​una estación de combustible orbital, 14 tanques de combustible para abastecer esa estación de combustible y una Starship con destino a la Luna. El lanzamiento de los tanques de combustible está previsto cada 12 días, por lo que no daría tiempo a realizar las revisiones de seguridad cada 14 días como quiere la NASA.

Tras negociar con la agencia espacial, SpaceX ha accedido a tres revisiones de seguridad gubernamentales, una por cada tipo de nave que va a lanzar al espacio. Esta renegociación, según los abogados de Blue Origin, supone una ventaja que las otras compañías candidatas no han podido tener y esa es razón suficiente como para anular el concurso. Este argumento les ha servido como base para poner una denuncia en la corte federal americana.

La misión se paraliza hasta que decidan los jueces

“Eso no es lo que SpaceX propuso, no está en la arquitectura final, y ese es el problema”, dijo Megan Mitchell, vicepresidenta de relaciones gubernamentales de Blue Origin. “Para Blue Origin, y creo que más ampliamente para toda nuestra industria, se trata de un grave problema de seguridad”.

Según el texto de la demanda que han hecho llegar a los jueces, si Blue Origin hubiera sabido que la NASA iba a ser flexible con los requisitos de revisión de seguridad, habría “diseñado y propuesto una arquitectura totalmente diferente” por un precio más bajo que le hubiera dado una “oportunidad sustancial de adjudicación”.

Ante esto, Musk no se ha quedado callado y ha tirado de pulgares para tuitear que: “¡Siempre hacemos revisiones de la preparación de los vuelos! Este argumento no tiene sentido.” Los abogados de SpaceX enviaron un documento a los jueces, al que ha tenido acceso The Verge, en el que se dice que hay previsto llevar a cabo revisiones de seguridad antes de cada lanzamiento “para cada uno de los lanzamientos operativos y vuelos de prueba”.

En el mismo documento también le dan un palo a Blue Origin diciendo que el GAO les tachó de malos perdedores. “Estas afirmaciones de un licitador perdedor son claramente inexactas”, afirmaban. Y han añadido que la compañía de Bezos está confundiendo las meras fechas de pago del contrato con las revisiones de seguridad reales.

Ante los argumentos de Blue Origin, la NASA afirma que tres revisiones de seguridad para cada tipo de lanzamiento de cohetes cumple con la intención de los requisitos de seguridad descritos en las normas del concurso. Y está intentando que el proceso se agilice lo máximo posible para poder llegar así a la Luna en 2024 como estaba previsto.

Ahora le toca a la corte valorar quién tiene razón, pero mientras tanto la misión está parada. Si le dan la razón a Blue Origin tendrán que volver a convocar el concurso y empezar el proceso de cero. Si no, el proceso continuará como estaba previsto y una Starship volverá a llevar a un humano a la Luna por primera vez después de 50 años. Eso si no se les adelantan los chinos antes, claro.

De lo que decidan los jueces de la corte federal dependerá que la misión se lleve a cabo, se aplace o se guarde en un cajón indefinidamente. Ningún escenario es descartable, sobre todo teniendo en cuenta que el apoyo del Congreso de los EE.UU. no está nada claro y que ya han recortado en un tercio el presupuesto original del programa.