La demencia pactada

Por Redacción dat0s
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política pactada, demencia pactada
Foto: Imagen generada por AI Midjourney

El campo a las especulaciones está abierto con el cierre de las candidaturas por la presidencia. Un grupo que podría haberse reducido, pero las incoherencias han sido la regla, no la excepción en el proceso previo. Hasta lo último, ruegos por la unidad no se concretaron, más bien se profundizaron, volcando la atención sobre los que acompañarían a los postulantes. Las listas deben completarse con la ubicación en las casillas partidarias para cargos legislativos. Es una pugna abierta, en la que ganará quien más se acerque al liberalismo económico. La tendencia en el mundo es el pesimismo. La democracia humanista que se instaló con Siles y se agotó con el mismo Siles, que en una huelga de hambre no consiguió que no se acorte su mandato. El resultado con la implementación del 21060 -defendido como combatido- sacó al país de la crisis, pero se pagó alto el precio. Hay quienes comparan ese periodo con este, pero no viene al caso. Gran parte de los depósitos y préstamos en el sistema bancario están en bolivianos. La banca no podrá cobrar en dólares. Lo que ocurra con la moneda norteamericana es otro asunto, podría no parar de subir.

Por qué el gobierno de Arce ha profundizado la crisis

La pregunta tiene una sencilla respuesta: jamás atendió la emergencia. Y hasta ahora miente que el país está bien. Si quitaba la subvención a los carburantes cuando aparecieron las colas en los surtidores hace más de un año, se hubiera evitado comprar la gasolina al doble de lo que pierde hoy por no hacerlo. Ya no puede tomar esa medida porque todo ha subido más de la mitad de su valor y no lo hará porque encontrará resistencia al triple del precio, ya no da.

No ha sido imparcial, ha sido incoherente y lo peor aplicó una simbiosis extraña que líquido el bolsillo del pueblo y engordó para algunos de su mesa chica. Arce encontró justificación para todo, una enfermedad de delirio, que en mayor o menor grado afecta a los que llegan al poder. Un caso de psicoanálisis que más corresponde a la “negación” de Freud, o sea, “ver y no ver a la vez”.

Podría aplicarse a los extremos, a neofascistas o a neopopulistas, el mundo está repleto de estos. Ayer escuché a Milei a gritos (su estilo desbalanceado) decir que si lo quieren psicotisar “¡Yo los voy a recontra psicotisar!”, lo que la opinión pública lo toma como normal. Una característica de la modernidad por la no pertenencia a nada, a ninguna causa, a ningún partido político, el desconocimiento si uno es fascista o no. La locura normalizada, son los extremos. Entonces ya no hay diferencias. Los ultras de ambas corrientes la han captado para que en su lenguaje funcione la subjetividad.

"Estudio y practico la tecnología para odiarla mejor"

Nan June Paik (artista e investigador)
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