En medio de escándalos dimite jefe de campaña de Sarkozy

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Se denunció el lunes que en la campaña presidencial de las elecciones de 2012 de Nicolas Sarkozy se falsificaron cuentas para permitir gastar el doble de lo que gastaban sus rivales. El escándalo estuvo a punto de destruir el principal partido de centroderecha, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), y forzó la enojada dimisión de su líder, Jean-François Copé (foto). Las acusaciones -que se detallan en una lacrimosa entrevista de televisión por el jefe adjunto de la campaña de Sarkozy- plantean serias dudas sobre las posibilidades del ex presidente de hacer una reaparición política en 2017.

A los candidatos en las elecciones presidenciales de 2012 se les permitió pasar un máximo de 22,5 millones de euros bajo la ley electoral francesa. La campaña de Sarkozy pasó al menos 33,5 millones de euros -y tal vez tanto como 47,5 millones-. Se afirma que las cuentas fueron falsificadas para transferir el gasto excedente a la UMP. Después de la victoria de la extrema derecha en las elecciones europeas en el fin de semana, un torbellino de acontecimientos ayer creó una sensación de crisis nacional -lo que un político de izquierda llamó una atmósfera de “fin de régimen”-.

Los detectives allanaron las oficinas de la UMP, el principal partido de oposición del Partido Socialista del presidente François Hollande. Un funcionario del partido senior y ex asesor del señor Sarkozy, Jérome Lavrilleux, confesó en televisión, en vivo, la financiación de “anomalías”. La UMP apenas evitó la implosión al forzar la dimisión en masa de su conducción.

La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, alegremente se apoyó en el escándalo y acusó a Sarkozy de “robar” su segundo puesto en la primera vuelta de las elecciones de 2012. “Esto demuestra que él traicionó la democracia y las reglas de nuestra república -dijo Le Pen-. Quiero que los franceses sepan que el señor Sarkozy hizo trampa.”

Amigos de Sarkozy insistieron en que cualquier falsificación de cuentas se había realizado sin su conocimiento. Pero los políticos de la oposición -e incluso algunas fuentes de la UMP- dijeron que era improbable que un hombre tan hiperactivo como Sarkozy no supiera que la campaña excedió el límite legal de 22,5 millones de euros por un margen tan amplio.

Lavrilleux, jefe adjunto de la campaña de Sarkozy de 2012, admitió entre lágrimas, en una entrevista de televisión, el lunes, que “era como un tren que va a gran velocidad y las personas que deberían haber tirado de la alarma de emergencia no lo hicieron”. “Es que no es posible realizar una campaña de 22,5 millones de euros”, añadió.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

 

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