CineXpress, modelo de Economía Naranja en apenas 48 Horas

Por Redacción Datos | Edición 241
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48 Hour Film Project Bolivia
Foto: 48 Hour Film Project - Bolivia

Claudia Fernández su gestora en Bolivia habló con dat0s largas horas para explicar en qué consiste el aporte de su organización a la producción del cine independiente en Bolivia.

La idea nació en el 2006, con un modelo estructural que plantea la sinergia para la multiplicación de objetivos conjuntos e individuales. Claudia que acaba de dormir las ocho horas del día no de la noche, se ve radiante bajo la luz de las lámparas que alumbran el ambiente. Ella explica que el modelo de cine al que se refiere es una especie de cooperativismo para el crecimiento que usa la fuerza del emprendimiento individual y lo suma al movimiento del conjunto para potenciarlo y potenciarse a sí mismo. Este modelo, que inició para la estructuración de proyectos de formación cinematográfica hace 15 años; se consolidó con su inspiración a través de CineXpress en 2018, una plataforma web para la integración de comunidades cinematográficas del mundo con miras a la coproducción.

Paso a paso el emprendimiento de Claudia se ha ido convirtiendo en una referencia de la producción del cine integrador a través de alianzas con gestores internacionales. Le consultamos ¿cómo ha sido dar ese paso? “No fue fácil, pero fue natural”, contesta. Se toma un par de sorbos del café que la mantendrán despierta toda la noche y explica que en ese trazo natural se sumaron otros elementos al proceso.

De nada sirve crear contenidos de calidad si no existe un público que los consuma. Así el cine se estanca localmente y su público reducido no consigue situarlo como una actividad industrializable. Esto hace que tanto el Estado como la empresa privada vean el arte y la cultura como un diezmo caritativo de responsabilidad social y no como un modelo de negocio atractivo a la inversión y con un potencial incalculable de generar riqueza para todos los sectores de la sociedad.

Uno de ellos ha sido el 48 Hour Film Project (48HFP), franquicia para la realización de cortometrajes en 48 horas y cuya presencia en Bolivia se potenció con Claudia a la cabeza. El Proyecto de Cine de (48HFP) es un festival de cine internacional donde participan más de 130 ciudades de Iberoamérica, Latinoamericana y EEUU, incluidas La Paz, Santa Cruz y Cochabamba. El cortometraje ganador de cada ciudad tiene la oportunidad de calificar a la final mundial en el festival Filmapalooza 2022, donde compite con ganadores del todo el mundo por el gran premio y la oportunidad de proyectarse en el Festival de Cannes 2022, Short Film Corner.

48 Hour Film Project

48 Hour Film Project

El proyecto se viene realizando con gran entusiasmo en los últimos siete años sin contar el 2020 que tuvo que ser interrumpido por la pandemia. En 2018 y 2019, más de 100 equipos se inscribieron en Bolivia a la convocatoria y desde 2013 son cerca de 50 que se registran al concurso cada año. Hoy con 20 ciudades de Iberoamérica que se sumaron a este Festival Internacional de Cine, que les permitió llegar a más festivales y a sus comunidades. “Indudablemente hemos logrado situarnos como un referente importante para el desarrollo cinematográfico independiente en Bolivia y en las 20 ciudades Iberoamericanas que conforman el grupo 48HFP Ibero American Group (IAG) que arranca el 2013 y se consolida en 2018 en la plataforma de CineXpress, principalmente para jóvenes cineastas que se han beneficiado no solo de la experiencia de realizar un cortometraje en 48 horas, como también de haber logrado situarnos entre los mejores llevando al festival de Cannes 13 cortometrajes del 48 Hour Film Project”.

En el Festival de Cine de Mar del Plata en 2006 Claudia Fernández presentó su proyecto “Estructura Fractálica para el Desarrollo de Proyectos Cinematográficos”, modelo estructural en el que planteaba la sinergia como base para la multiplicación de objetivos conjuntos e individuales. Ella dice una “una especie de cooperativismo para el desarrollo, producción y difusión de cine independiente que integra comunidades cinematográficas diversas y multiplica las oportunidades artístico/profesionales de todos sus individuos a través de la sinergia colectiva”. Su proyecto fue bien acogido, pero no logró concretarse como prototipo de estructura multiplicadora para la producción de cine. “Era difícil apostar por proyectos muy ambiciosos que involucraban varias ciudades para su desarrollo”, explica. Pero la lanza soltada por la mano de Claudia dio en el punto años más tarde. “En el año 2013, Christian Aguirre, un gran amigo mío, cineasta boliviano que vive en Estados Unidos, me presentó a Liz Lagnston y Mark Ruppert, cofundadores del 48HFP, para establecer una franquicia en Santa Cruz”.

“Es así que, en 2013, abrí la franquicia del 48HFP-Bolivia como primer país latinoamericano, al año siguiente Buenos Aires, y así varios productores latinoamericanos que invité para producir el 48HFP en sus ciudades y otros más que se sumaron durante estos años. Actualmente son 20 las ciudades que participan del grupo 48HFP Ibero American Group (IAG)”. Cuando cierra la explicación se mantiene en un frenesí de trabajo constante hasta culminar horas de horas de fantasías iluminadas, sueños y retos. Claudia intenta resolverlos de la manera que ella sabe.

Es como si una máquina tragamonedas depositara en sus manos valores sueltos para que ella los disponga en resultados. El proyecto de Claudia comenzaba a rendir su efecto de maduración apuntado a otros proyectos de cine en alianza con diferentes actores externos. “El 48HFP está presente en 130 ciudades en el mundo, tenía lo esencial para poner en práctica la estructura fractálica a una comunidad cinematográfica diversa y cohesionada por una experiencia común, todos habían realizado un cortometraje en 48 horas durante una maratón”, continúa Claudia en medio de esta larga conversación que se prolonga a estas horas sin pensar en las interrumpidas llamadas por celular. El sueño de Claudia de sembrar el cooperativismo cinematográfico comenzó a plasmar la ejecución del plan.

Con el proyecto en las manos concretizó las peculiaridades como si un diminuto tambor sonará en su cabeza ritmos diferentes. 48HFP era parte de un sueño, pero no su culminación. La pregunta que sonaba era cómo lograr que jóvenes altruistas imbuidos de catarsis visual se integrarán a esa mancomunidad. “Este vínculo, aunque pueda parecer superfluo, tiene las mismas características de los vínculos generados en grupos de personas que han vivido una tragedia. Durante la competencia todos nuestros participantes son sometidos al estrés de la creatividad bajo reloj, con la gran diferencia de que en nuestro festival se tiene un final feliz; la inigualable experiencia cinematográfica que absolutamente todos experimentan”, explica sorbiendo agua de un vaso que sostiene en sus manos y lo deposita en la mesa lateral del sillón desde donde explica el proceso.

“Este proyecto era perfecto para integrar comunidades cinematográficas hacia la cooperación para el desarrollo de la industria creativa en la región”. Claudia no deja pasar un minuto de la entrevista en acomodar detalles, hurgando entre sus ensayos, cientos de miles de hojas sueltas que pasan en sus manos dándole un respiro a sus palabras. Acude a su laptop encarando con sus ojos la culminación del plan; trasmitir esas vivencias trágicas o cómicas que enfrentan los grupos que se inscriben para participar del 48HFP.

48 Hour Film Project

48 Hour Film Project

Le pedimos que nos hable de la importancia de la integración para los gestores de cine en Latinoamérica. Como casi en toda la conversación ella se pone en la mira como observando desde un punto el infinito. “Uno de los problemas fundamentales que enfrentamos los gestores latinoamericanos es la carencia de políticas culturales expansivas, que tomen en cuenta la formación de una audiencia transfronteriza como elemento fundamental para el desarrollo de la industria cinematográfica. De nada sirve crear contenidos de calidad si no existe un público que los consuma. Así el cine se estanca localmente y su público reducido no consigue situarlo como una actividad industrializable. Esto hace que tanto el Estado como la empresa privada vean el arte y la cultura como un diezmo caritativo de responsabilidad social y no como un modelo de negocio atractivo a la inversión y con un potencial incalculable de generar riqueza para todos los sectores de la sociedad”.

Las palabras filosas penetran como aquella lanza que había apuntado en Mar del Plata con su proyecto fractálico. Claudia integradora, Claudia desafiante se mueve, extiende los brazos como buscando un punto de equilibrio en las siluetas creativas e invisibles a la vez. “La sostenibilidad de cualquier proyecto cinematográfico requiere un público amplio, y para ello hay que generar comunidad, esto no se hace localmente si se quiere cubrir costos de producción y generar beneficios para sus creadores y gestores, esto se hace ampliando la audiencia para conseguir mover esa gallina de los huevos de oro que ha mostrado ser la industria cinematográfica en países desarrollados y en otros que han apostado por la conquista de audiencias transfronterizas como en el caso de ´Bolliwood´, denominación que se le ha dado a la industria cinematográfica de la India, que siendo un país del tercer mundo, ha conquistado una audiencia mundial que la sitúa como una de las mayores industrias prominentes del cine”.

´Bolliwood´ podría sonar más a Bolivia que a la India. Pero no, Bo viene de Bombay y el resto es parte de una industria más ambiciosa, la infalible Hollywood, de la que se extrae la madera. Las sinergias de las que habla Claudia, están dando en el punto. “Para nuestras franquicias la situación no era diferente, peor aún, al ser una franquicia internacional, no aplica a subvenciones para el desarrollo de festivales locales, por lo que nuestra salida eran las sinergias. Para que las convocatorias del Festival 48HFP en la región pudiesen consolidarse y no desaparecer como la cantidad de franquicias culturales que pasan por nuestras regiones esporádicamente, debíamos unir nuestras audiencias y lograr así un producto más apetecible a la inversión transnacional que garantice la solvencia de los festivales y, por ende, el desarrollo cinematográfico de la región”. CineXpress da el salto. Abre oportunidades para el Proyecto 48HFP en Iberoamérica y sus competencias especiales en Bolivia.

“Cada festival de nuestro grupo genera una media de 30 cortometrajes durante la convocatoria anual, y solo un cortometraje por ciudad llega a Filmapalooza, el Festival del 48HFP en el que compiten 130 ciudades del mundo. Este es uno de los premios más importantes de toda la competencia, siendo que en este festival se eligen los mejores 12 cortometrajes del mundo para una premier del Best Of del 48 Hour Film Project en el Short Film Corner del Festival Internacional de Cine de Cannes en Francia, uno de los más importantes mercados de la industria audiovisual. Pese a esta gran oportunidad, que sin duda potencia de gran manera a nuestros participantes, un gran porcentaje de excelentes trabajos quedaban en la anécdota”.

Es así como en 2018, CineXpress inicia desde Bolivia, el proyecto de integración cinematográfica con una plataforma web en Iberoamérica y que gracias al apoyo de la Cinemateca Boliviana, la Alcaldía de La Paz y diferentes Instituciones culturales convoca el primer Festival Iberoamericano del 48HFP, IberoÀ, en la ciudad de La Paz, Copacabana y la Isla del Sol, liberando espacios en salas de cine, plazas públicas y lugares paradisíacos para la difusión de unos 100 cortometrajes que se suman a la competitiva del cine Iberoamericano. “Este Festival, programado para realizarse cada dos años de manera itinerante en las ciudades que conforman el grupo, se difundió -a través del Tour de Cine Joven a tres centros culturales- en China y llegó al Festival de Cannes. A partir de esta propuesta atrajo a Sony Latinoamérica como su primer Sponsor Pan Regional con importantes premios para el festival y otras competencias que lanzamos como CineXpress”.

“A este Festival, y como alternativa a la situación de crisis que se vive durante la pandemia, se sumó en 2020, la creación de la competencia colectiva de las ciudades del 48HFP en Iberoamérica “Ibero ChÀllenge” con 11 ciudades Iberoamericanas participantes y 130 equipos inscritos en la competencia, esto nos dio la oportunidad de encontrar el crecimiento a través de la integración de las comunidades cinematográficas y la expansión de audiencias que resultan de la sinergia tal como lo había planteado en el ensayo ´Estructura Fractálica para el Desarrollo de Proyectos Cinematográficos´ en Mar del Plata 2006”.

Es decir que Claudia con CineXpress compacta un mapa integrador, une festivales y los asocia para que participen en competencias internacionales. Antes del cierre, cuando no, Claudia desafía el vértigo de la arritmia colectiva que ha sembrado el nuevo coronavirus, con una nueva oportunidad. “La adaptación hacia la virtualidad que tuvo que vivir el mundo durante la pandemia, abrió la demanda de espacios para la difusión de contenidos audiovisuales y dio pie a la creación de un cine virtual para la difusión de nuestros contenidos y los de los festivales aliados en la plataforma de CineXpress”.

Este año se retoma la competencia local del 48HFP-Bolivia en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz y en algunas ciudades de Latinoamérica, para abrir competencias que ofrece la plataforma de CineXpress y sus festivales aliados, para la integración del arte y la cultura hacia el desarrollo de la industria creativa de cine regional.

 

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