Los grupos neonazis que actúan en Ucrania

Por Redacción dat0s
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Foto: Europa Press

Hay como 10 organizaciones paramilitares supremacistas blancos, homofóbicos y antirusos en Ucrania. Se nutren de una historia que, además, les aporta símbolos, metodología, lenguaje y estilo comunicacional en las redes sociales.

Es cierto que Zelenski ganó la presidencia de Ucrania por elecciones, pero eso no quiere decir mucho. Hay en todo el mundo un desgaste de las instituciones democráticas, en la que el voto no es dueño absoluto de la verdad. La mayoría de la prensa prooccidental se niega decir que apoya a Zelenski; tampoco dice que apoya a los grupos paramilitares que Zelenski patrocina desde 2019 cuando se convirtió en presidente apoyado por los gobiernos de los Estados Unidos y de la Unión Europea.

Grupo neonazi, seguidor de Bandera

Neonazis de Ucrania, con un estandarte de Stepan Bandera

La operación especial de Putin para desnazificar Ucrania tiene en la mira a estos grupos responsables por miles de crímenes de rusos que viven en Ucrania. Desde que estalló la guerra en febrero nadie o casi ningún medio europeo dice nada de Bandera, uno de los grupos más despiadados que operan como policía armada en Ucrania, que se inspiran con Stepan Bandera, uno de los primeros nacionalistas ucranianos responsable de al menos 4. 000 asesinatos de judíos en 1942. Hoy su rol militar es clave, opinan los especialistas frente al tema.

Pero no es el único, en realidad Ucrania está plagada de estas organizaciones neonazis articuladas desde el Gobierno de Zelenski. Otro es el Batallón Azov, primer grupo armado neonazi del que suele hablarse muy poco en los medios. Otro es el Batallón Donbás comparte haber sido incorporado a las fuerzas armadas regulares del país, a diferencia de Pravy Sektor (“Sector de la derecha”) que se estima más numeroso. Y si quiere más, ahí los tiene: el grupo paramilitar Aydar tampoco ha sido oficializado por el gobierno de Zelenski, pero Maxim Marchenko, su comandante, fue designado este 1° de marzo gobernador de Odessa por el presidente Zelenski. La Misanthropic Division, el Dnipro-1, el Batallón Batkivshchyna, National Corps, la Unidad Tornado y otros grupos de choque, robustecen hoy la contraofensiva ucraniana y comparten la estética que expresa su ética: supremacistas blancos, homofóbicos y antirusos. Se nutren de una historia que, además, les aporta símbolos, metodología, lenguaje y estilo comunicacional en las redes sociales. Sus ideales se remontan al colaboracionismo nazi en la Segunda Guerra. Todos ellos se articularon al fragor de los combates librados en 2014 entre el sector ucraniano pro-ruso, entonces al poder, y sus antagonistas: una vastísima multitud disconforme por distintos motivos. La circunstancia de dicho año tiene un nombre y detonante: Viktor Yanukovich, presidente ucranio en ese momento, que incumplió su promesa de campaña de firmar la incorporación ucraniana al bloque europeo. Esto desató el llamado “Euromaidán” (Maidan=plaza) que tuvo lugar el 21 de noviembre de 2013 cuando se congregaron muchedumbres en la plaza de Kiev para protestar contra su Gobierno.

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Tras la chispa, la expansión explosiva: los ultranacionalistas armados recogieron las mismas banderas que los manifestantes de Kiev y con el tiempo fueron cobrando organización militar y experiencia de combate. Se foguearon guerreando contra los prorrusos hasta desembocar en la Guerra del Donbás en 2014 tras la cual Ucrania, como Estado, quedó debilitada. Resultado de esos choques, Lugansk y Donetsk –regiones esteñas, históricamente prorusas– se autodeclararon independientes contra el Gobierno central pro europeo de Kiev que, desde su flaqueza armamentística, optó por respaldarse en las guerrillas paramilitares dándoles algún grado de legitimidad y apoyo implícito o explícito.

El espaldarazo a paramilitares o combatientes ucranianos de ultraderecha por parte del presidente proeuropeo que reemplazó al derrocado Yanukovich, tanto como del actual Volodimir Zelenski fue, así, mera estrategia supervivencial para contrapesar el poder ruso y no adhesión a un ideario antisemita que ni Europa ni occidente consagran.

“La revolución de Ucrania ha engendrado un monstruo que se pondrá en su contra”, dijo Paul Moreira, documentalista francés y especialista en el tema, entrevistado por el mensuario español La Marea, en febrero de 2016, en referencia al neonazismo armado apenas a dos años de los incidentes.

 

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