Corrupción: El pesado lastre que arrastra el MAS

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Foto: El Deber

A exactos dos meses del referéndum para modificar la Constitución y permitir la continuidad de Evo Morales en el poder hasta el año 2025, el Movimiento Al Socialismo está parado frente a un espejo que le devuelve la imagen de sus flaquezas.

Sin un rostro opositor al cual combatir, salen a flote sus propias debilidades, la más importante es la corrupción del Fondo Indígena. Coincidencia o no, simultáneamente a la exposición de ese escándalo que tiene a más de 20 personas investigadas y arrestadas, se publicó una encuesta que le da ventaja al No sobre el Sí con 14 puntos. 

El ministro de Gobierno y hombre fuerte del MAS, Carlos Romero, es enfático al señalar que para analizar esa situación solo hay que remitirse a la conducta que el Gobierno y el presidente Evo Morales han tenido con los casos de corrupción. Pone como ejemplo a Santos Ramírez, otrora líder importante de su partido, que fue enviado a la cárcel sin titubeos por un escándalo de corrupción en YPFB, y sigue contando, el caso de sobreprecios en la estatal petrolera o el caso de extorsión, todos ellos con personas detenidas y procesadas.

El periodista y miembro de la campaña por el Sí, Hugo Moldiz, dice que no se debe perder de vista que los hechos de corrupción han sido denunciados por el mismo Gobierno y que esa situación ha sido aprovechada por la oposición para posicionar un discurso mediático que intenta hacer ver que la corrupción empieza y termina con el MAS en el poder. 

“Se olvidan de que hubo otros hechos de corrupción de quienes privatizaron las empresas”, y cita a Samuel Doria Medina y a las exautoridades que ahora están en el extranjero, de quienes dice que huyeron después de cometer irregularidades en sus gestiones.

De cálculos y errores
Ambos coinciden en que el MAS no hizo cálculo político para denunciar lo del Fondo Indígena y que esperan que la ciudadanía valore esa voluntad. Sin embargo, tanto Moldiz como Romero admiten errores del MAS en este camino en el que la luz roja de la corrupción pretende frenar el voto a favor de la continuidad de Morales. 

El ministro de Gobierno recuerda que en 2011 hubo una reflexión entre el Gobierno y el Pacto de Unidad a propósito del manejo del Fondo Indígena. “Advertimos que había parcelas de poder de dirigentes y detectamos que había recursos que se destinaban a fortalecimiento organizativo, lo cual era abstracto, cuando la esencia de esta institución era hacer viables proyectos productivos”, dice. 

Entonces, el presidente Evo Morales planteó reestructurar el manejo, convertir el directorio en un consejo consultivo, de manera que no haya pugnas entre los dirigentes ni cálculos que condicionen los proyectos. 

“Autocríticamente, no tuvimos la decisión firme de reestructurar el manejo del Fondo Indígena”, reconoce al señalar que hubo oposición en los movimientos sociales. Ya después, la exministra Nemesia Achacollo informó de que mandó intimaciones para que los dirigentes rindan informe, sin lograrlo. Lo demás ya es conocido. Se denunció a la Contraloría, después a la Fiscalía y ahora hay dirigentes y técnicos tras las rejas, mientras el caso se sigue investigando.

Moldiz también admite que el MAS no le dio importancia al discurso que la oposición iba construyendo y que ha calado. No obstante, confía en que el tema se irá diluyendo con el tiempo, que la gente se dará cuenta de que quienes le cuentan acerca de la corrupción del MAS no tienen ningún mérito y que es el mismo partido de Gobierno el más interesado en que se esclarezcan las irregularidades. Romero dice que el presidente no teme que haya muchos procesos con tal de luchar contra el problema.

Esa percepción de los dos masistas contrasta con la de tres politólogos: el cruceño Gustavo Pedraza, el cochabambino Jorge Komadina y el paceño Carlos Toranzo. Ellos coinciden en que el problema de la corrupción afecta demasiado al MAS y puede afectarlo más a medida que se acerque el referéndum.

El talón de Aquiles
Para Komadina, el tema del Fondo Indígena no se puede observar como un caso aislado, porque involucra recursos del Estado, dirigentes importantes del MAS y funcionarios públicos. Cree que se ha formado una trama de corrupción que excede las voluntades individuales.

“Se ha producido un daño económico, político y moral”. Explica que si bien el Gobierno tiene como estrategia encarcelar a quien sea necesario, puede que eso no alcance porque el daño ya está hecho. Gustavo Pedraza explica que la corrupción resta legitimidad a cualquier proceso político y que la afectación puede ser mayor hacia adelante. 

Desde su mirada, el mal manejo del Fondo Indígena incluye la debilidad de no saber administrar técnicamente el aparato estatal, ya que las irregularidades se pueden revertir con un buen manejo del aparato del Estado.

Si bien el MAS atraviesa un momento complicado, la oposición tampoco tiene un escenario sencillo hacia el 21 de febrero. Toranzo cree que lo mejor que pueden hacer los contrarios al Gobierno es quedarse al margen, es decir, no intervenir, porque el No es una manifestación de la ciudadanía. Si aparece algún rostro opositor, el No se debilita. Respecto al oficialismo, el politólogo cree que si se focaliza en el Fondo Indígena para buscar demostrar que el Gobierno no es corrupto, puede que no pueda levantarse.

Fortalezas y debilidades
Al respecto, Carlos Romero reflexiona acerca de las fortalezas y las debilidades del MAS en este escenario de campaña. Entre los factores positivos destaca la gestión económica, el hecho de que Bolivia cerrará el año como la segunda economía con mayor crecimiento en el continente. 

También resalta el liderazgo de Evo Morales como el único capaz de unificar al país; al tener presencia en todo el territorio nacional, considera que es el único que puede ser interlocutor válido con todos los sectores; como tercera fortaleza ve los megaproyectos del Gobierno. Pero el ministro también reconoce puntos flacos: la burocracia del Estado, la microcorrupción (porque no involucra a altas autoridades del Gobierno) y la justicia que está en su peor momento.

El politólogo Gustavo Pedraza también tiene un diagnóstico, si bien la corrupción es un problema, no es la única piedra en el zapato. Cuestiona también la falta de un discurso renovado, ya que observa que sigue girando sobre los ejes de su primer y segundo mandato: nacionalización e industrialización, sin propuestas nuevas que la coyuntura exige, por ejemplo por la crisis económica global de la cual Bolivia no estará exenta. 

Asimismo, critica que el MAS se ha alejado de los principios con los que llegó al poder: la protección del medioambiente, contrastada por ejemplo con el problema de la sequía en el lago Poopó, o la defensa de los pueblos indígenas. Finalmente, identifica la ausencia de otros liderazgos como un problema. Frente a eso, sugiere que el MAS abandone la soberbia y se someta a un proceso de autocrítica.

El famoso péndulo
Las encuestas hablan de una aprobación de la gestión de Evo Morales con más del 50% y para Moldiz esa es la principal fortaleza, porque cree que a la hora de votar la gente optará por un liderazgo que le dé estabilidad económica, política y social, frente a un escenario incierto.

Carlos Toranzo cree que hay un escenario de cambio en el continente y que este terminará afectando a Bolivia. En eso discrepan Romero y Moldiz, ya que ninguno ve un momento fundacional de transformación de modelo en Bolivia. Ellos confían en el liderazgo de Evo Morales y creen que será suficientemente fuerte como para mantener al MAS en el poder durante varios años más